Tras la muerte de su marido en una extraña explosión, Amparo comienza a buscar respuestas con la única ayuda de Richi, un guardia de seguridad, ex policía y alcohólico. Mientras, los asesinatos se suceden siempre con un mismo patrón: junto al cuerpo quemado de las víctimas aparece un muñeco de Curro, la icónica mascota de la Expo ’92 de Sevilla.